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Cómo disentir con alguien con más poder que vos

Foto del escritor: Pablo A. SonaPablo A. Sona

Sea cual sea tu posición dentro de una empresa, siempre nos encontramos ante situaciones en las cuales tenemos posibilidad de expresar nuestro punto de vista respecto a una idea o propuesta. Cuando estamos entre pares, no suele haber mayores problemas y las discusiones suelen ser francas y sin tapujos… ¿pero qué sucede cuando la persona con la que debemos disentir es alguien que ostenta mayor jerarquía en la empresa? ¿Vale la pena exponerse a una discusión con tu jefe sobre su propuesta? ¿O es mejor callarse y hacer como si estuviéramos de acuerdo?

Y justamente, hace algunos días leí un artículo de la “Harvard Business Review” que me resultó muy interesante, relacionado con situaciones que debemos enfrentar todos los días en nuestro puesto de trabajo. Quiero compartir con ustedes los puntos más importantes ya que creo que pueden resultar de mucha utilidad para cualquiera que deba atravesar por una situación similar.


El ser humano está programado biológicamente para sobrevivir, y eso implica evitar por todos los medios exponernos a situaciones en las que podamos sufrir ansiedad o resultar lastimados. 

Ese mecanismo resultaba muy útil miles de años atrás, cuando la diferencia entre vivir y no vivir dependía de nuestra capacidad para escondernos, o qué tan rápido podíamos huir de un león.

A pesar de que en el siglo XXI las cosas son muy distintas (creo que para la gran mayoría de las personas resultaría muy extraño encontrarse con un león a la vuelta de la esquina), nuestro cerebro sigue operando bajo los mismos mecanismos. O sea, en otras palabras: en cuanto disentimos con alguien automáticamente pensamos “a él/ella no le va a gustar lo que digo, va a pensar que soy una molestia, o me va a despedir”. Y si nuestro cerebro busca evitar someterse a ansiedad y sufrimiento…¿qué mejor forma de hacerlo que evitando una discusión?

Entendiendo la forma bajo la cual opera nuestro cerebro, vamos a poder enfocarnos en la mejor manera para llevar adelante una discusión con otra persona:


Sé realista sobre los riesgos

Sí, seguramente tu jefe se sorprenda al escuchar que alguien discute su idea y, tal vez, hasta se enoje pero...  ¿eso es motivo suficiente para que te despida? Tampoco creo que eso haga que ganes un enemigo para el resto de tu vida.

Más que enfocarse en las personas, la clave es pensar en la idea en discusión.


Identificá la meta en común

Es mucho más fácil disentir con alguien cuando ambos tienen en claro el propósito final de la discusión. Por eso, previo a la confrontación puede resultar muy útil recordar cuál es el objetivo común por el cual están trabajando juntos (por ejemplo, sacar a la venta un nuevo producto, o definir un nuevo procedimiento para hacer una tarea).

De esta manera, en vez de estar “boxeando el uno con el otro”, va a parecer que están juntos empujando para el mismo lado.


Validá con tu interlocutor el punto en discusión

Antes de comenzar a exponer tu punto de vista, es importante que te asegures de haber entendido correctamente la idea o propuesta en cuestión. Es mejor estar seguros antes de iniciar una discusión por un malentendido.


Pedí permiso para disentir

Puede parecer algo absurdo, pero antes de confrontar una idea no está de más pedir permiso para hacerlo. De esa forma, le ofrecemos a la otra persona cierta “seguridad psicológica”  al tener el control de la situación.

Va un ejemplo: “Parece que estamos avanzando con esta idea pero tengo algunos motivos para creer que puede no funcionar…. Me gustaría contarte lo que pienso, ¿te parece ok?”

Simple, pero efectivo.


Mantené la calma y no juzgues

El lenguaje corporal es muy importante. Por eso, a la hora de hablar es importante mantenerse calmado, aún si sentís que tu corazón está corriendo una carrera.Si hablás rápido o con un tono de voz elevado, se puede terminar malinterpretando el mensaje.

También es clave prestar atención a las palabras que elijas, evitando usar adjetivos que puedan ofender a la otra parte (por ejemplo, “esa idea me parece absurda”).


Sé humilde

Cuando hablés, mostrate abierto al diálogo. Es importante que los demás entiendan que se trata de una opinión y no de una “verdad absoluta”. Invita a los demás a que cuestionen y critiquen tu idea; de esa forma demostrás que sos una persona dispuesta a escuchar a los demás y que te interesas por encontrar la mejor solución a un problema.


Reconocé la autoridad

Es importante que entiendas que, aún después de haber expresado tu opinión, tu jefe o la persona de mayor jerarquía es quien tiene la decisión final. En este punto no está de más recalcar que tenés en claro cuál es tu lugar respecto a la decisión, con la tranquilidad de saber que expresaste tu punto de vista frente a la decisión final.

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